¿Por qué tanto sufrir? Para los cristianos la respuesta última se encuentra en la cruz de Cristo, pero ¿cómo soportarán tanto sufrimiento quienes ni siquiera creen en Dios y en otra vida mejor? La filósofa chilena María A. Carrasco ha captado con finura que el temor al dolor es uno de los elementos clave de la pérdida de sentido en nuestra cultura. Para recuperar ese sentido habría que repetir ahora parafraseando el “atrévete a saber” de Kant: “Atrévete a sufrir”.
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